Por Luis Fernando Escalona
Imagen tomada de pxfuel.com
Todas las editoriales tienen por objetivo editar y publicar. Pero no nos podemos quedar en lo más básico de la actividad, pues una casa editora también tiene algunas otras responsabilidades, no sólo al interior. Y es más: en lo exterior, no sólo queda el compromiso con los clientes, hay otras áreas que atender. Por ejemplo, las financieras: pagar los impuestos, tener las cuentas claras, las actas legalmente respaldadas, etcétera.
Pero, ¿qué hay de los otros rubros en donde, de alguna u otra manera, se desenvuelve también?
Mencionemos sólo algunos de ellos, desde nuestros principios y valores.
El aspecto ambiental. La editorial, nuestra editorial, está comprometida con el medio ambiente, esto es: si utilizamos recursos naturales (como el papel, por ejemplo) debemos cerciorarnos de que el desperdicio sea el mínimo, y en todo caso, hacer lo posible por llegar a un cero en el renglón. Es por ello que nuestros libros están cerrados a pliego y con mínimos páginas en blanco, para aprovechar así todo el recurso y que no queden folios utilizados sólo a la mitad.
Nuestros tirajes son limitados, salvo los que son financiados por inversionistas y socios. De esta manera, ubicamos nuestras obras en los puntos exactos para su distribución, considerando el maltrato a que son sometidas de pronto por algunas librerías. He ahí donde hacemos uso de la tecnología al tener distribución digital, no sólo en formatos de lectura para dispositivos y tablets, sino a través del comercio electrónico y plataformas seguras de pago, que nos garanticen la venta real de ejemplares y su oportuna entrega a los lectores.
Finalmente, el aspecto social es el que nos importa más. Porque así como la literatura está hecha de individuos, las grandes acciones también son ejecutadas por los mismos. Esto es porque gracias a las ventas de las obras publicadas bajo nuestro sello, podemos generar algunos porcentajes para ayudar a la gente, a fundaciones o cualquier otra causa donde, de manera personal o como organización legalmente establecida, podemos sembrar semillas positivas a nuestro alrededor.
Y eso es precisamente lo que perseguimos: que a través de nuestro trabajo, publicaciones, productos y servicios, ayudemos también a aquellos que necesitan una mano amiga. Porque así forjamos un eslabón más en la cadena humana y aspiramos, o contribuimos, a crear una sociedad mejor.
Vale la pena el esfuerzo.